HUMOR REGIO
Un padre regiomontano que le dice a su hijo: Anda, Alberto, ve a decirle al vecino que nos preste el martillo para clavar un clavo. Albertito va con el vecino y vuelve enseguida.
- Papa, dijo el vecino que no nos puede prestar el martillo, porque se le gasta.
- Desgraciado!, Hay que ver lo tacaños que son algunos!, Bah!, Bueno, anda, saca el nuestro entonces.
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Un regio que está arrancando el papel tapiz de su casa, es visitado por un amigo.
- Qué, redecorando la casa?
- No. De mudanza.
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¿ Qué hace un regiomontano si tiene frío?
* Se pone al lado de la estufa.
¿Y si tiene mucho frío?
* La enciende. |
¿Qué diferencia hay entre un regio que con la edad se queda calvo, y cualquier otro mexicano al que le sucede lo mismo?
* Que el otro se compra un bisoñé y el regio vende el peine.
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Un regio hablando a su hijo:
- Este reloj perteneció a mi tatarabuelo. De mi tatarabuelo paso a mi bisabuelo, de mi bisabuelo a mi abuelo, de mi abuelo a mi padre, de mi padre a mí y ahora quiero que pase a ti... Te lo vendo.
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¿Qué sería Monterrey si lloviera bastante y se inundara?
- Se volvería una sopa de coditos.
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Un regio va al periódico a poner un anuncio de la muerte de su esposa, llega y le dice a la empleada:
- Quisiera un anuncio de defunción.
- OK, ¿cuál es?
- "Murió Ana".
Sorprendida la secretaria le dice:
- Señor, ¿cómo va a poner "Murió Ana"?, Si la tarifa es igual por 2 o por 5 palabras?
El regio responde:
- Ah! Ok, entonces ponga: "Murió Ana, vendo ford fiesta".
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Un regio que le ha prometido a su hija un viaje en avioneta como regalo de cumpleaños esta negociando con un piloto acrobático:
- Cuánto me cobra por dar un paseo de una hora
- Quinientos pesos.
- Uff, eso es mucho dinero, ¿Y si solo es media hora?
- Por media hora, doscientos cincuenta.
- Chin, doscientos cincuenta, ¿no tiene nada más barato?
- Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de estar completamente callado durante todo el vuelo, no le cobro un peso.
- Hecho!
Suben los tres y el piloto empieza a hacer piruetas, rizos, caídas en picado, el avión boca arriba, boca abajo... y el regio, mudo. Por fin se cansa el piloto y aterriza.
- Oiga, me tiene usted asombrado! Mire que hice cosas peligrosas con la avioneta y usted no pronuncio ni una palabra!
- Si quiere que le diga la verdad, estuve a punto de gritar cuando se cayó mi hija...
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